Fue una extraña sensación. Con su
mirada hizo desaparecer todas mis alegrías. Un escalofrió tenue lleno
mi cuerpo de tristezas.
El viento se llevó las horas y el
cielo se llenó de lluvias.
Sin ningún remordimiento se
acercó y me dijo: te dejo, hay un lugar mejor que este en el que me esperan, y
sin más, se fue un largo tiempo.
No es que no la haya querido. Mi
amor es un poco diferente, creo que cada cosa tiene su tiempo y su espacio.
Ella en cambio, no creía lo mismo; en la cama, en el patio, en la cocina, en
todo lugar y en todo tiempo debía demostrar yo mi amor por ella, debía
demostrar pasión y entrega cada minuto y cada hora que pasaba.
Para mí, el amor se divide entre
las actividades cotidianas del día; el amor a mi lectura, amo también el tiempo
que le dedico a mi trabajo, amo el tiempo que paso con mi hija, amo el tiempo
que le dedico a escribir, a fumar un cigarro y ponerme a meditar, amo cuando se
me vienen las ideas y amo también los buenos resultados de mis acciones. Por
eso hoy me pregunto… ¿Qué hice mal?
Este día llueve. Fumo un cigarro
y el humo teje una nueva historia en el aire frio de esta noche.
Por el balcón del frente la veo a
ella, viene a mi puerta.
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