Un buen libro para leer. Santa María del Circo de David Toscana.
La trama se desenvuelve en algún
lugar del altiplano central mexicano, que puede ser cualquier punto en miles de
kilómetros, desde Zacatecas hasta Chihuahua; desértico entre cerros desolados
donde abundan los zopilotes y los nopales. Un lugar que puede ser cualquier
lugar, un punto que pudiera ser cualquier parte de este país.
La trama empieza justo después de
dos sucesos trascendentales; la incorporación de Natanael, un enano que
pretendía trabajar en el circo, y justamente, la división del mismo entre los
dos hermanos propietarios quienes se dividen bestias, payasos, fenómenos y
hasta las butacas por lo que aparenta ser una discusión surgida por (las nalgas
de) Narcisa. A partir de este punto, el autor recrea la búsqueda del nuevo
futuro para ocho artistas de circo, por primera vez fuera de la carpa.
Lo antinatural para los antinaturales.
El éxodo y la búsqueda de la
nueva vida en un pueblo abandonado está lleno de momentos de instrospección que
descubren las profundidades de cada personaje –sobresalen las de Natanael y de
Barbarela-; y no es cualquier cosa reinventarse el mundo interno de una mujer
barbuda, con sus sueños y complejos, condenada a fenómeno y línea torcida de la
naturaleza, aunque lo que de verdad le duele es no conocer hombre.
De la misma manera con Natanael,
evidencia que la naturaleza es imperfecta y aferrado a un padre que odia, por
haberlo rechazado pero al mismo tiempo haberle dado nobles orígenes de familia
que solo sirven como analgésico de la realidad invivible.
Lo bueno
Sin duda la mejor parte del libro
fue el momento de la refundación del pueblo, Santa María del Circo. Cada uno de
los artistas escribe tres papeletas con oficios y las introduce en un sombrero
de copa que servirá de tazón de tómbola. Puta, cura, afilador de cuchillos,
campesino, negro, militar, periodista, médico; empleos estúpidos en un pueblo
de ocho habitantes.
Excelente parodia de las utopías
del hombre; aunque en este caso los cirqueros no tenían un sueño social más
allá de la vida sedentaria –simbolizada por un retrete de porcelana- . Sin
embargo es notable la idea de comenzar una nueva sociedad en base a la
asignación de roles sociales como negro, cura y puta –esta es la única que
ejerce verdaderamente su rol-. Una metáfora de la tragedia del pueblo que solo
durará unas horas, condenado a la brevedad por lo absurdo de sí mismo.
Lo malo
La narrativa es entretenida pero
no envuelve. El sarcasmo y el humor negro con el que inicia el libro es la
mejor excusa para continuarlo hasta el fin. Sin embargo se pierde en la trama,
se desgasta en el pueblo mientras todo comienza a destruirse; esta parte del
libro se alarga, lo negro deja de tener humor e ingenio para convertirse en
tragedia pesada, inevitable y predecible. A veces se abusa de la idea
conceptual; es como un circo hiperrealista y kitch, los artistas parecieran
estar al límite de lo humano y casi convertirse en estereotipos.
No me arrepiento en lo mínimo de
haber leído Santa María del Circo, sin embargo no es un libro que recomiende
del todo –acaso solo la primera parte-.
Y del realismo mágico
Probablemente lo que más se
aprecia del libro es su relación con el Realismo Mágico en las letras actuales.
Y es que Santa Maria del Circo, Comala y Macondo no son tan diferentes ni están
muy lejos. Como tampoco lo son de cualquier ciudad latinoamericana debajo del
Bravo en plena globalización y época de las telecomunicaciones.
El “mágico” no deja de ser un
término pegote europeo para explicarse lo irreal y fantástico en su
perspectiva, absolutamente cotidiano en nuestro subcontinente.
Anexo este enlace para
fundamentar el punto, lo normal dejó de serlo desde siempre en estos países. La
literatura no es ficción.
http://luischerrera.blogspot.mx/
No hay comentarios:
Publicar un comentario